El suave y dulce sonido de las olas se escucha a lo lejos. El sol comienza a ocultarse en el horizonte cuando golpean tres veces a la puerta *Knock, Knock, Knock* retumba la madera de aquella pequeña y vieja casa alejada de toda ciudad y civilización. Aislada por el mar y el silencio, será la anfitriona del primer visitante que ha habido en ese lugar desde hace mucho tiempo.
Del otro lado, se escuchan unos pasos cansados, por la edad y el trabajo duro, cada paso provoca un rechinar en la madera vieja. Cuando al fin llega a la puerta, con su mano arrugada y temblorosa en la manija, duda si abrir o no aquella puerta, tiene miedo a que su pasado regrese.
Es curioso cómo lo que dejamos atrás nos sigue, como lo olvidado se recuerda. La inquietud llena cada molécula de su cuerpo, la adrenalina corre y su cuerpo se prepara para la huida. Abre la puerta pero es tarde, no hay nadie pero dejó una muestra de su presencia. En el suelo frente a su puerta, una carta espera.
Con esfuerzo, logra levantar la carta, la intriga de su contenido es cada vez más grande ¿de quién podrá ser? Se pregunta. Sin más demora comenzó a abrir la carta, la desesperación por ver el contenido hizo que el filo cortara su dedo, se limpió y terminó de abrirla. Una sola palabra y dos iniciales, hicieron que se le helara la sangre: Ayuda. SG.
¡No podía ser! Habían pasado muchos años desde la última vez que supo de ella pero, ella había muerto en aquel fatídico accidente, lo recordaba muy bien, había vivido tanto tiempo con la culpa, con el recuerdo de su muerte pero Sandra Grisom regresaba ahora para acabar con su paz, para vengarse por lo que había hecho.
Un temblor, mezcla de excitación y miedo, recorrió su cuerpo advirtiéndole que ya no contaba con la vitalidad de la juventud, sin embargo, entró a la casa dispuesta a prepararse para lo que le esperaba.
Mientras se dirigía a la cocina se preguntaba: ¿Quien dejó aquella nota en su puerta? Tenía que ser alguien que conocía la historia, los sucesos de aquella fatídica tarde donde pensaba que Sandra había muerto, ¿Sería ella que regresó a reclamarle por dejarla abandonada a su suerte creyéndola muerta? o ¿Alguien que había visto lo ocurrido y ahora pretendía sacar algún provecho?
Pero la mente no te muestra las respuestas para un examen como este. Analizar las posibilidades no es sino la prueba de la incertidumbre que estás sintiendo. Debí haber salido a observar los alrededores para encontrar a Sandra, algún cartero o al mismísimo Hermes venido del Olimpo a traerme la carta de alguien que vi morir. Eso estaba pensando.
Así que, decidió salir a revisar los alrededores en busca de respuestas, pero antes decidió dejar atrás su disfraz y tomar su verdadera forma, a la que extrañaba, pero por las circunstancias decidió adoptar aquella forma de una vieja, así nadie sospecharia de ella. Al fin volvería a ser…
…un lobo del bosque. Había llegado a aquella playa calurosa donde su hermoso y abundante pelaje se había opacado y asfixiado pero era la mejor manera de esconderse, en un lugar muy diferente a su verdadero hogar. Pensó que allí nadie lo encontraría pero de alguna manera lo hicieron, así que ahora volvía a su verdadera identidad, una bestia salvaje con garras y dientes filosos que podía acabar con la vida de cualquiera en un abrir y cerrar de ojos… incluso cuando ese no fuese su verdadero deseo.
Continuará….
Autores de este capítulo:
· A.R. Grimán
· Gaby Suárez (FB: Gaby Suárez)
· Nuria Nogueda/Nuu (FB: Nuria Nunez)
· Oscar Llanos (Twitter: @OscarLLPerdomo/ FB: Oscar Llanos)
· Rosalba García Contreras (FB: Rosalba García Contreras)
· Javier Muñoz

Nota:
Cada párrafo de la historia fue escrito por un autor diferente como parte del Reto de Escritura #MicroGrupal10 llevado a cabo en el grupo de FB “Comunidad Literaria A. R. Grimán”. Únete para ayudarnos a terminar esta historia y para participar en los demás retos y dinámicas que tenemos.